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jueves, marzo 29, 2007

Ignacio García: Los Diez Bueyes del Zen


Los Diez Bueyes del Zen (1) pertenecen a una forma exquisita del despertar interior del hombre a través de dibujos y poemas; son una metáfora del proceso y progreso hacia la búsqueda de la conciencia verdadera dentro de la práctica Ch’an. La analogía entre una conciencia maltrecha del hombre y esos diez bueyes nace en la China de sociedad agrícola, en donde los bueyes y los búfalos son la herramienta principal para el trabajo en el campo, y sirvieron como analogía del tiempo para el budismo.

Ya en la dinastía T’ang (618-906) se halla evidencia de la importancia de los bueyes en este proceso que en la actualidad posee un equivalente al psicoanálisis y psicoterapia occidental. Se dice que un día un monje se hallaba cocinando cuando su maestro viene y le pregunta qué es lo que hace: “Nada, simplemente domo al buey”. El maestro pregunta: “¿Lo estás domando?” El monje responde: “A menudo el buey se distrae para comer hierba cuando debería de estar trabajando; yo lo puyo y lo hago que vuelva al trabajo

La historia llegó a convertirse en un kung-an (ó koan (2)) en el que el buey representa la mente que el boyero debe de domar. En el Ch'an la práctica pone énfasis en lo mental y no en lo físico: si la mente no es pura, no puede haber pureza en el cuerpo y el habla.

A través de los siglos han existido muchas versiones de los dibujos de los Diez Bueyes, o añadidos algunos -- el Sutra Lotus, por ejemplo, en el octavo dibujo introdujo un círculo blanco como una metáfora de la trascendencia del nacimiento y la muerte. Otros le dan una interpretación mayor al círculo, lo dejan totalmente vacío (sin paisaje alguno) y le asignan la desaparición del yo.

Curiosamente, de acuerdo a los practicantes de la Taopsicoterapia, la práctica occidental del psicoanálisis no llega a este octavo paso en la mayoría de sus tratamientos, en tanto que, ni de chiste, avanzan en las dos siguientes etapas del proceso.
Durante la dinastía Sung (960-1279) se creó un buen número de estas versiones, haciendo acompañar cada dibujo con un poema. Tal vez la ilustración más famosa de estos dibujos es la atribuida a K'uo-an Shih-yuan (Kakuan), un maestro Ch’an del siglo 12 A.C. En un texto de primera edición, los bueyes fueron adaptados y traducidos por Nyogen Senzaki y Paul Reps. Dice en una de sus partes: El buey es el principio eterno de vida, verdad en la acción. Los diez bueyes representan la secuencia de pasos en la realización de la verdadera naturaleza de uno mismo.
Los dibujos, en sus diversas versiones, han sido titulados como: 1) Buscando al Buey, 2) Viendo las huellas: , 3) Avistando al buey, 4) Atrapando al buey, 5) Domando al buey, 6) De vuelta a casa, 7) El buey es olvidado pero sigue presente, 8) El buey y el hombre desaparecen, 9) Revirtiendo el origen: la vuelta a la fuente, 10) En el mercado con manos generosas.
De acuerdo a esto, cada imagen representaría una etapa en el proceso para llegar a la Iluminación o satori, de la forma siguiente.

Etapas:

1-3 En los primeros tres pasos buscar al buey, ver las huellas y avistando al buey corresponde al entendimiento de la dinámica central de las emociones, las cuales, al inicio son emociones negativas.

4- Atrapando al buey. Significa que los sentimientos han sido advertidos de esas emociones sin que éstas sean aún reprimidas.

5- Domando al buey alude a sujetar y controlar, y comenzar a resolver los conflictos e iniciar el crecimiento y cultivo de sentimientos positivos.

6- Viajando a lomos del buey. Es la aceptación del problema y la realidad. El blanco del buey significa purificación, no amor y odio.

7- El buey es olvidado pero el domador permanece. Es la resolución de algunos conflictos, si bien el yo no ha transcendido completamente. Aquí se hallan los límites del psicoanálisis y psicoterapia de Occidente

8. El domador y el buey olvidados. Están completamente desligados o vaciados. Significa la completa liberación del yo-trascendente.

9- Volviendo al origen. Es verse a uno mismo realmente como es, sin proyección alguna o el intento de regresar al origen natural del yo engañoso.

10- Entrando al mercado con manos generosos. Es la etapa en que se llega a ser un Bodhisattva que ayuda a otros después de resolver sus propios problemas.


En este blog resulta difícil mostrar el dibujo de cada uno de los bueyes con su interpretación alusiva completa, y los poemas que le acompañan. Para ello, remitimos al lector a nuestro sitio web en donde podrá gozar de las imágenes pertenecientes a K'uo-an Shih-yuan, además de una Liden: música para acariciar los sentidos y obra de Kitaro.


(1) La mayoría de las traducciones al inglés alude a los bueyes como "toros", palabra quizá más conocida que la anterior para el mundo anglosajón. En realidad los dibujos y la tradición refieren al animal de yunta que hala el arado en el campo.


(2) El koan es una suerte de pregunta-respuesta que un maestro zen plantea a su discípulo. Las hay de magnífica factura como aquella que pregunta "¿Cómo se puede aplaudir con una sola mano"? La intención es que el discípulo llegue a desechar toda posibilidad de respuesta lógica, "se vacíe", y se introduzca en la naturaleza de su yo interior, y con ello al Satori.

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